Por difícil que resulte de creer, Sir Richard Branson –el magnate inglés de Virgin Group devenido en filántropo, el mismo que en 2008 invitó a un retiro medioambiental en su isla privada en el Caribe al ex primer ministro Tony Blair; al fundador de Wikipedia, Jimmy Wales, y al cocreador de Google, Larry Page– era, hace unos años, un escéptico sobre el cambio climático.
“Como muchas personas entonces, el calentamiento global no había aparecido realmente en mi radar, no se había vuelto un tema. Pero ahora sí se ha convertido en un gran problema y ocupamos mucho tiempo en esto”, dice.
El estudiante rebelde y con dislexia que no terminó el colegio –lo que no le impidió erigir Virgin Group, el conglomerado presente en medio centenar de países, con unas 400 empresas en sectores tan variados como la telefonía móvil y los cómics, las aerolíneas, los cruceros y los vuelos espaciales (esta última, todavía en veremos tras un accidente en 2014)–, hoy viaja por el mundo transmitiendo un mensaje sustentable con un énfasis que a ratos lo hace sonar, más que como un hombre de negocios, como un San Francisco rubio y mejor vestido, o como la cita perfecta para un almuerzo con la actriz Sigourney Weaver…
Pero es que Branson, como empresario, nunca fue un tipo tradicional.
“Yo también partí en el periodismo, cuando las grabadoras eran más grandes”, dice Branson al observar el dispositivo digital en que se grabará la conversación. Es cierto que se inició en medios: a los 18 años lanzó la revista Student, donde se escribía sobre educación y protestaban contra la guerra de Vietnam. Una incursión en el mundo editorial que logró un alto tiraje y le permitió saltar a la música, primero vendiendo discos baratos por correo, y luego abriendo la primera tienda Virgin, que derivó en un sello en el que grabaron Sex Pistols, Simple Minds y Human League, entre muchos otros.
Estos primeros pasos son los que llevaron a Branson a tener más de 50 mil empleados en el mundo, construir una marca (que nació de la anécdota de ser virgen en los negocios) conocida a nivel global y figurar hoy en el raking Forbes con un patrimonio de 5.000 millones de dólares, que lo convierten en el duodécimo británico más rico de su país. Son los pasos que le permiten, además, tener reuniones de alto nivel para hablar sobre el medioambiente y haber sido invitado a la conferencia Nuestro Océano, donde compartió, entre otros, con el secretario de Estado John Kerry y la presidenta Michelle Bachelet.
Branson tira su chaqueta sobre la alfombra, se sienta en un sillón y le pide un té a su asistente Helen Clarke. Está listo para comenzar.
|